Sobre el poder mágico de las estaciones




    Desde tiempos inmemoriales, los humanos han dotado al ciclo natural de las cuatro estaciones de un poder milagroso e inexplicable. Este ciclo estacional es llamado la Rueda del Año por muchas religiones neopaganas. Una rueca que no solo regula las estaciones, sino que nos acompaña en todas las etapas de la vida: nacimiento, crecimiento, decadencia y muerte. 

    Nacemos en la tierra como las flores nacen en primavera, crecen y se fortalecen con el calor y la energía del sol de verano, y maduran como el buen vino en barricas en verano. Nos hacemos mayores y más sabios, y nuestro cabello se vuelve blanco como un manto de nieve invernal.


Cosmografía terrestre

    La tierra realiza en el espacio tres movimientos principales:

Ø  Traslación: Gira alrededor del sol en 365 días y seis horas.

Ø  Rotación: Rota sobre sí misma y sobre el eje Norte-Sur; haciéndolo cada 24 horas.

Ø  Inclinación o pandeo: En lo que se refiere al plano de la eclíptica, llevándole la inclinación desde un extremo a los otros 182 días y 18 horas.

    Al ir de un lado al otro, a mitad de camino, queda perpendicular al ecuador, luego de 91 días y 9 horas; le llevará exactamente el mismo tiempo llegar al otro trópico. Es claro entonces que a lo largo de un año estará una vez en cada trópico y para ello cruzará dos veces el ecuador; en estas dos ocasiones marcará el principio de la primavera para un hemisferio y del otoño para el otro. En su siguiente pasaje ecuatorial marcará a la inversa estas dos estaciones.

 

Fechas en el almanaque

Ø  El 22 de marzo es fecha equinoccial.

Ø  El 22 de junio es fecha solsticial.

Ø  El 22 de setiembre es fecha equinoccial.

Ø  El 21 de diciembre es fecha solsticial.

En cuanto al hemisferio sur se refiere:

Ø  El 22/3 comienza el otoño (Sol en Aires)

Ø  El 22/6 comienza el invierno (Sol en Cáncer)

Ø  El 22/9 comienza la primavera (Sol en Libra)

Ø      El 21/12 comienza el verano (Sol en Capricornio)

Pero este planteo da el principio de cada estación; su pleno apogeo, o sea la máxima expresión de cada una se da luego de transcurridos la mitad de los días de cada estación. Dado que cada una dura 91 días con 9 horas, la mitad será a los 45 días con 16 horas y media. Esto nos da las siguientes fechas.

Ø  El 7/5 es el centro del otoño (Sol en Tauro).

Ø  El 7/8 es el centro del invierno (Sol en Leo).

Ø  El 6/11 es el centro de la primavera (Sol en Escorpio).

Ø  El 5/2 es el centro del verano (Sol en Acuario).

    Si reunimos ambos grupos de fechas para el hemisferio sur, tendremos la siguiente distribución circular a lo largo del año:


    Así por ejemplo, el reloj biológico de los vegetales siente el equilibrio de la tierra sobre su eje en los equinoccios, así como, el cambio de movimiento en cáncer y capricornio, cuando cesa una inclinación de verano o de invierno.

 

Referencia a las celebraciones

    Todos los pueblos antiguos celebraron estas ocho fechas: babilonios, egipcios, persas, griegos, escandinavos, germanos, la Roma Imperial y el pueblo Celta; cuidaron de utilizar los caudales de energía adicionales que fluyen en estas ocasiones. Los astrónomos de cada pueblo establecían la fecha cuidadosamente ya sea con cálculos simplemente o en otros casos marcando con pirámides y menhires, como en Egipto, México y Stonehenge. A nuestra cultura occidental llegaron estas fechas de celebración a través de la magia wicca.

Ø  2 de febrero; Imbolc en honor de Brigit.

Ø  21 de marzo; Ostara.

Ø  30 de Abril; Beltame en honor a Belenos.

Ø  21 de junio; Medioestío.

Ø  1º de agosto; Lughnasadh en honor de Lug.

Ø  1º de septiembre; Mabón (en otras ocasiones 17 de septiembre)

Ø  30 de octubre; Samhain (otras veces el 8 de noviembre)

Ø  21 de Diciembre; Yule.

    Como se puede apreciar estas ocho grandes festividades célticas no coinciden plenamente ni con nuestro círculo de fechas, ni con las celebraciones cristianas. Ello se explica en razón de que el pueblo Celta buscaba armonizar estas fechas con Esbath (la luna llena) y eso hacía cambiar las fechas anualmente, varios días hacia atrás o hacia adelante; con el tiempo se cristalizaron en fechas fijas, la iglesia puso las suyas y luego algunos movimientos de fechas célticas hicieron que no todas coincidieran con las festividades cristianas.


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